sábado, agosto 28, 2010

Soneto


Tristón tenía el mago el rutilante,

de la más vasta y fresca luz del día,
jasmín, que porque el ceño le fruncía
obligaba a sí mismo ir delante.

Pescuezo del camello tan pedante
que ni él mismo le dijese al kía
que ella enderezando su bravía
rumiaba un envión visto el turbante,

y buscó entre sus castidades esas
sonoras llamaradas del apuro
que osado ÿ sutil llamaba fresas,

los ayes ya oídos de un auguro
reían de la magia en sutilezas
con ella, la que dio el beso oscuro.



Ispirado en un soneto de Luis de Góngora, del que me gustó mucho la sonoridad pero que no entendí nada.



martes, agosto 10, 2010

Sabidurías de la lámpara


Esto es una locura
pero veo la lámpara de brazo articulado (que está aferrada a mi cama)
y veo el final
y veo que se mueve
como me late el corazón.
Esto es una locura,
que por un foco
me de cuenta que vivo.