lunes, diciembre 17, 2018

Sin título, con duda

Con cuántas historias de instagram se hace un poema.
Con cuántos estados o con qué tanto equilibrio entre Broadway y chacarares se escribe una canción.
Cuántos femicidios por día se precisan para que nos dejemos de coger pelotudos misóginos.
Cuánto autoestima nos levantan los likes, los corazones, los pulgares para arriba.
Qué tan ancho es el rango de caras y cuerpos que nos excitan.
Hasta dónde llega tu gordofobia y tu racismo.
Qué tiene más puntaje, la corrección política o las insolencias ocurrentes.
Cómo se milita desde una silla.
Cuánta calle se necesita para creer que las sabemos todas.
Y nuestros cuadernos silenciosos.
Valen más o menos que esos discursos públicos, aplaudidos.
Quién le pone la voz a les tímides, sin que sea eso una interpretación autoritaria de un silencio violado.
Vale la pena hablar si no queremos que nos escuche nadie.
Que todas estas frases, a veces se lean en tono de pregunta. A veces no.