lunes, septiembre 06, 2010

El sexo de los delfines

—¿Sabías que los delfines son casi la única especie de animales que hace el amor por placer?
—¡Pero qué idiotez por favor! Es ridículo, todos los animales hacen el amor por placer, ¡acaso  van a estar pensando “debo montarme alguna hembra porque si no mi especie se extinguiría y eso sería una catástrofe para nuestro sistema”! ¡Absurdo! Todo lo que se hace, todo lo que hacen todos los seres de todo el universo lo hacen por placer, me rasco el culo cuando me pica ¡por placer! me como esta banana por placer, ¡pero me quieren vender que yo me como esta banana porque tiene potasio y hace bien! ¡las bolas!, me como esta banana por el mismo motivo por el que me tiro un pedo cuando se me viene la gana: ¡porque me caga de gusto! ni más ni menos. Me refresco con una manguera en verano, me siento al sol a que me abrigue la piel en otoño, por puro placer carajo. La gente tiene hijos por placer, le importa un huevo la especie humana, sabe que la humanidad es una cagada y tiene hijos igual, la gente tiene amigos, enemigos, abraza, sonríe, tortura, mata al otro porque en el fondo de su ser siente el placer de hacerlo, pero tiene que mentirlo buscándole una causa. Pasa que la gigantesca hipocresía humana se ha esforzado en disfrazarlo, disfraza el placer con moralidades, éticas, fundamentos, lógicas, excusas, dioses, calorías, compromisos, esquemas, ¡todo de mentira! con qué objeto, ¡con el de dominar!, porque a las personas que quieren dominar no le conviene que la gente sepa que sólo vive por placer y nada más que por placer, tienen la necesidad tajante de hacer creer a la gente que tiene cosas más importantes que hacer en el mundo, que tiene “obligaciones” ¡como si de todos modos todo no fuese una cagada enorme, como si no nos muriéramos sin más ni más, como si realmente valiéramos más que un delfín o un hámster! El día que la gente se de cuenta que sólo debería pasar por el mundo para vivir cosas placenteras, el poder, cualquier clase de poder, va a dejar de existir, ya no tendría razón de ser.