jueves, noviembre 04, 2010

Auto advertencia del lector (Pensamiento)

Grabé,
con la cinta indecisa de la memoria y la casualidad de mi (h)ojear en vaivén,
recién,
el latido discontinuo de la marcha de mis dedos y su triste caudal,
raudal,
que no alcanza para nada en el río que se abre, como el libro que ahora miro, leo,
y me arrebato en cascada y recuerdo confuso como cuando del sueño uno se despierta.
Advierta
mi voz el ocaso ciego, batiendo el poema en voz alta, y que un viento vibrando
eyacule, titubeante, pringoso y final, disonancias de acordeones contra la piel.
Sé fiel,
(me digo)
a lo que te inventaste que tenés en la cabeza.