domingo, julio 28, 2019

Futura vida

Quisiera reencarnar en una perra,
gustar de todos y parir cien hijos,
comerme uno sin culpar al hambre,
defecar en la puerta de la iglesia,
no rechazar oler mierda, no amar,
sentir amor por fuera de ese término,
poder lamer mis propios genitales,
disfrutar con el viento, el sol, el suelo,
padecer con la lluvia, el sol, el suelo,
manipular sin habla, ver sin miedo,
no entender la vergüenza de la muerte,
no saber cómo descifrar los juicios,
no saber que no sé nada y que sí,
observar las miradas sin pudor,
no definir belleza, tiempo ni arte,
ser mi voz, mis entrañas: no tenerlas,
no saber qué es tener y tener todo,
no tener la razón ni no tenerla,
no distinguir la plata del cartón,
admirar las presencias y las sombras,
no dar ni reclamar explicaciones,
gozar más del olor que de la idea,
no priorizar los culos y las caras,
en cualquier dirección de prioridad,
tener un nombre y que me de igual cuál,
no tener nombre y acudir lo mismo,
intuir el futuro y lo infinito,
no cuestionar mi irracionalidad,
ni la tuya, ni de los dos el miedo,
obstinarme en kilómetros y en horas,
desconocerme en el espejo aun más,
no perder tiempo con la duda en dios.