miércoles, mayo 15, 2019

Poema (bosta) de amor en prosa (o sea palabras todas seguidas)

Quiero escribir un poema en prosa, sin tener que contar sílabas ni sospechar rimas, y no sé bien qué hacer, claro, porque con versos cortos y espacios es más fácil que suene a poesía la cosa. Ahí usé un punto. Y es la misma trampa. Digo. Punto. Y pausa. Y la cadencia de las palabras cambia. Por ejemplo recién. Quiero escribir un poema en prosa pensando en vos, poema de amor, o algo así, pero con el sueño no sé en qué labios pensar, si en los del karaoke o en los del cunnilingus, y se me superponen las ideas, las visiones, se aglomeran las palabras. La poesía me dice que no tiene que ser narración, y me relajé de esa opción, entonces me surgen imágenes. Me pareció una linda imagen esa, la de tus labios, pensar en ellos, para iniciar un poema, tu voz también. No sé cómo escribir un poema de amor sin sonar cursi, sin sonar a mal hecho, sin decir estupideces que precisen del enter para quedar disimuladas. Pausa. Dejar pausa acá. Y pensar en el silencio. Respirar. Mirar a un costado, como dudando. Busco cómo decir algo en palabras, yo no entiendo las palabras, no sé acomodarlas y sentir que dicen lo que soy. Yo no soy en palabras. Detenerse. Seguir. Me imagino a mí misma como una flor llena de néctar, y a vos como un colibrí sediento. Qué bosta, qué obvio. Se me murieron las metáforas, con vos soy pura literalidad, te quiero cerca, pegado a mi cuerpo, adentro de mi cuerpo. Te quiero todo el cuerpo y todo eso que tu cuerpo hace. Cantar. Coger. Mirarme con los ojos entrecerrados cuando soy tu modelo vivo. Me aburren los poemas de amor, tener que ser romántica y decirte cuánto cuando te pienso o veo me vibran las pupilas, la piel y el culo. O pensamientos poéticos al estilo de que mis dedos extrañan tus labios, para acariciarlos antes de pasar la lengua por ellos. El país es un asco ahora y me enamoré de vos en plena mierda. Y bla. Pero no voy a hacer eso. Insertar frase rebuscada e ingeniosa aquí (tengo la sensación de una frase así pero no las palabras). No voy a contraponer el horror de la realidad a lo hermoso de nuestro amor. Analogía misteriosa e indescifrable. Como si tuviera que ver una cosa con otra. Como que así parezca más hermoso, más intenso, más valiente. Oxímoron predecible. Más que así nos necesitamos más. Bla. Puro bla. Porque la verdad que nos da lo mismo, nos da lo mismo aunque sepamos que mientras nosotros culeamos están destruyendo el mundo y nuestro propio escepticismo nos corroe también por dentro, culearíamos lo mismo en el edén o en un apocalipsis zombie. Supongo y suspiro. Pienso en tus ojos para hacerme la que me inspiro. Me distraigo con el silbido débil de mi respiración contra un moco seco en mi narina izquierda, qué nota será, me lo saco con el meñique, lo hago una bolita y lo tiro mientras pienso en qué pensar. Miro al gato que duerme y pienso en esas conclusiones tan charladas sobre que los animales no saben de la muerte, o del futuro, o el movimiento de los astros, o no saben que no saben, o no saben que no saben que saben, o que nosotros no sabemos qué carajo saben. Lo miro y pienso qué cruel fue la naturaleza, en hacer a esos bichos más hermosos que a nosotros, así es muy difícil que no existan las guerras, o la xenofobia, y seguramente no padeceríamos tanto la hora pico del subte si estuviera llena de gatos en vez de gente. En fin. Vuelvo a vos y al asunto del amor. Pienso en las poetisas que admiro, y cómo escribieron sobre su sufrimiento y los chongos que las hicieron sufrir, y pienso que quizá yo no pueda escribir porque no sufro. Creo que si me hicieras sufrir ni mierda que te hago un poema. Mi energía quedaría absorbida por mi odio, me juntaría con mis amigas a putearte, releería todo el guasap desde el día uno para sentir la carcomida despedazadora de la nostalgia masoquista, lloraría mordiendo la almohada como una puberta, terminaría de odiarte y te bloquearía para siempre de las redes, haría un dibujo con tu forma y lo llenaría de alfileres clavadas, respondería dócil a las consignas que me aleccionan sobre lo mierda que es el amor y el cuento de enamorarse. Pero bueno. Acá estoy, sintiendo la piel incómoda sin tu piel cerca, viendo que el espacio es insulso con el vacío de tu volumen. No tengo remate para este no poema deforme. Lo dejo sin final. Para retomarlo cada vez que me acuerde de vos y no tenga ganas de llamarte ni de pajearme ni de stalkearte por quincuagésima vez ni